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Las sanciones más resonantes de los últimos años en el golf uruguayo

El deporte Golf, es un juego que se rige por las reglas.

En ese famoso “libro” no hace mención si en las sanciones son para menores o mayores de edad, simplemente las describe y los golfistas y autoridades deben cumplirlas.

En Uruguay, en los últimos tiempos han sido escandalosas, bochornosas y hasta repudiables las sanciones emitidas tanto en algunos casos por la Asociación Uruguaya de Golf (AUG), cómo en los clubes donde se han cometido las graves faltas.

Hace algunos años atrás, un golfista, ex presidente del Banco Central de Uruguay estaba participando en la copa Mercedes Benz en el Club de Golf del Uruguay. En el hoyo 17, par 3, lanzó su pelota con la mano, dejándola sobre green, (no se percató que estaba siendo observado por las cámaras de vigilancia) y fue denunciado por su compañero de threesome. Su pelota de segundo golpe, había caído en el bunker (trampa de arena) pero él dejó otra pelota sobre el green.

La sanción fue un año, pero cuando finalizó el procedimiento del capitán de la institución, computó la suspensión a partir de la fecha del hecho y no cuando salió el fallo.

También, entre sanciones y polémicas, un jugador representando a una institución, participando en el más prestigioso campeonato de Uruguay, nos referimos al Abierto “Ciudad de Montevideo”, “monedió” (colocaba su pelota algunos centímetros menos donde debía poner su bola) sobre el green, en reiterados casos en la ronda y fue apercibido por su marker y compañeros de threesome, con el agravante que era un integrante del órgano rector del golf nacional.

La sanción seis meses.

En el mismo evento, pero en otra edición, un jugador de mediano hándicap, finalizó de jugar, cambió los hoyos (ejemplo, había realizado 7 en un hoyo, borró y se puso 5) y la sanción un año.

Un jugador seleccionado por la AUG, en el mismo evento internacional, tiró un palo, voló su wedge por encima del green del hoyo final, el 18 (había público observando la definición) y como a los pocos días viajaba al Orange Bowl, representando a Uruguay, la sanción fue de 30 días comenzando luego de su participación en Estados Unidos.

En este mismo campeonato, hubo otras «tiradas de palos», donde fueron sancionados: un jugador 30 días, otro 45 y el restante 60 días.

Además, hay ejemplos de amonestaciones, como a un jugador que representaba al Comité Olímpico Uruguayo (COU), designado por la Asociación Uruguaya de Golf (AUG), en los Odesur de Chile, hace pocos años atrás, donde el entrenador enviado por el COU informó a la AUG el mal comportamiento, donde expresó entre otras cosas, «romper intencionalmente un palo» y solo recibió un apercibimiento por el órgano rector del golf uruguayo.

En 2017, hubo un bochornoso incidente de tres menores de 15 años, jugando una clasificación para un Sudamericano Pre Juvenil en donde estaba en la cancha el presidente de la AUG, que finalizó con denuncias escritas entre las niñas.

Uno de los golfistas más importantes de Uruguay, jugando un torneo en La Tahona Golf Club, no completó el hoyo (no pudo pasar el hazard), pero su marker le puso un score y entregó la tarjeta. Ambos avalaron el procedimiento incorrecto de anotar un score en el hoyo 16,  que jamás lo terminó.

Hubo denuncia y todo se tapó, misteriosamente, la tarjeta involucrada desapareció (sabemos quién fue el que la hizo desaparecer) todo un estilo “mafioso” para este deporte. El tema finalizó, que la institución recibió varias renuncias de los miembros de la Comisión de “reglamentos” y ni el jugador ni su marcador fueron sancionados.

Pero en cada narración hay “perejiles” y uno fue el episodio que sucedió en la institución de Punta Carretas, cuando un jugador de una cifra de hándicap, realizó “lie mejorado” en su pelota, cuando no se podía hacer y la sanción fue de 2 años. Su score que presentó en esa oportunidad fue de 86 golpes.

Años atrás, un jugador menor de edad, en aquel entonces, hoy el mejor profesional del golf uruguayo, borró en su tarjeta un score y puso otro número (fue de 6 y bajó a 4).

El marcador lo denunció tras observar en las tablillas, que no correspondía el score de ese golfista, en un torneo donde hoy es evento y puntúa para el World Amateur Golf Ranking.

Quedó descalificado el infractor, pero no se aplicó sanción.

Desde el exterior de la institución, que linda con la calle Julio María Sosa, una socia denunció a un golfista que la llevaba “atada” a los pies, pateándola en reiteradas veces.

Lo denunció y fue un año.

Y así esta rica historia del golf uruguayo, cuenta con lugares muy oscuros, donde los reglamentos y sanciones no son ejemplarizantes.

Además son injustas, arbitrarias y aplicadas según la “cara” de cada infractor o de acuerdo con la amistad que tenga con las autoridades de turno.

Quizás todos estos malos ejemplos, realizados por la gran mayoría mayores de edad, lleva a que en la actualidad, los infractores sean menores de edad.